Son miles de peregrinos los que transitan la Ruta Jacobea cada año pero, ¿cuál es la historia del Camino de Santiago? En este post nos adentraremos en los orígenes del Camino de Santiago, y la fascinante historia de algunas de las rutas más conocidas.
¿Quién era el Apóstol Santiago?
La historia del Camino viene envuelta en cierto halo de misterio y leyendas. Comencemos por la historia de Santiago Zebedeo, quien fue uno de los Apóstoles destacados de Jesús de Nazaret. También conocido como Santiago el Mayor, para ser distinguido de Santiago el Menor (otro miembro de los doce Apóstoles).
El Apóstol Santiago acompañó a Jesús en alguno de los acontecimientos más importantes de su vida. Y, tras su muerte, fue testigo de sus apariciones.
¿Cómo llegó el Apóstol Santiago a Compostela?
Tras la muerte de Jesús, los Apóstoles fueron enviados a predicar el evangelio. El Apóstol Santiago atravesó el Mar Mediterráneo, llegando a la región conocida por aquel entonces como Hispania (actualmente, España y Portugal). De acuerdo con algunos relatos de la época, la evangelización habría dado comienzo en Gallaecia (Galicia). Aunque existen otras narraciones que sostienen que la ruta daría comienzo en Cartagena, lo cierto es que fuera como fuera, el Apóstol Santiago se convirtió en el Santo protector de España. Tras regresar a Jerusalén, muere a manos de Herodes Agripa I entre el año 41 y 44 d.C.
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De acuerdo con la leyenda, sus discípulos conservaron su cuerpo y lo enviaron en una barca de piedra, de nuevo a Hispania. Tras surcar el Mediterráneo y la costa del Atlántico, llegaría nuevamente a Gallaecia. Sus restos mortales llegaría hasta Iria Flavia (Padrón, que de hecho debe su nombre a “pedrón”, material del que estaba hecha la barca que portaba los restos del Apóstol). Una vez allí, fueron trasladados a lo que hoy conocemos como Santiago de Compostela, y su tumba permaneció en el olvido durante varios siglos, debido a las persecuciones romanas. Hasta su descubrimiento en el siglo IX, por parte del Obispo Teodomiro.
¿Cómo se encontró la tumba del Apóstol Santiago?
Precisamente en el siglo IX, alrededor del año 813, un ermitaño cristiano avisó al Obispo de que había visto unas luces sobre el monte. De este modo, se encontró la tumba del Apóstol. Entonces, el Rey de Asturias Alfonso II el Casto, ordenó la construcción de una iglesia sobre ella, que dio origen a la construcción de la Catedral de Santiago de Compostela. De hecho, existen teorías que afirman que la palabra “Compostela” viene de la expresión “campo de estrellas”, en una clara referencia a las luces avistadas sobre en monte en el que yacían los restos.
Se cree que la palabra “Compostela” viene de la expresión “campo de estrellas”, en una clara referencia a las luces avistadas sobre en monte en el que yacían los restos del Apóstol.
Los Orígenes del Camino de Santiago
La aparición de la Tumba del Apóstol Santiago, supuso una revolución en la región, y no solo desde el punto de vista religioso. El rey de Asturias aprovechó el potente relato de la protección del Apóstol Santiago, para unir todos sus territorios en un solo reino. Así como para cristianizar la zona que hoy en día conocemos como Finisterre (Fin del Mundo), cuyos habitantes de la época todavía pertenecían a la tradición celta. De hecho, aquí podemos encontrar el origen de una de las rutas de peregrinación más populares, el único camino que no finaliza en Santiago de Compostela, sino que parte de esta ciudad: el Camino de Finisterre.
En una época en la que los principales destinos religiosos de Europa competían por las mejores reliquias, Santiago de Compostela se situó en el mapa como centro de peregrinación. Escribió su nombre junto a grandes ciudades como Roma o Jerusalén.
Lo cierto es que, además del aspecto religioso, la historia del Camino de Santiago fue de gran importancia también desde un punto de vista político. Supuso la creación de fuertes conexiones culturales entre el norte de España y Europa. Esto contribuyó a la creación de una potente herramienta en forma de relato cultural, durante la Reconquista.
¿Quién fue el primer peregrino del Camino de Santiago?
De acuerdo con la historia del Camino de Santiago, el primer peregrino fue el ya mencionado Rey Alfonso II de Asturias. Uno de los grandes retos de su reinado fue el hacer frente al avance de los pueblos musulmanes, e iniciar la Reconquista.
Como ya comentábamos anteriormente, el descubrimiento de la Tumba del Apóstol supuso una imagen muy potente para dar respaldo al relato político de la época. El Rey Alfonso II supo sacar partido de ello, e inició la primera peregrinación a Santiago de Compostela. A través de la ruta que hoy en día conocemos como el Camino Primitivo.
¿Y cómo continuó la historia del Camino Jacobeo?
Tras estos primeros primeros años que dieron origen a la tradición Jacobea, el Camino de Santiago fue ganando fama a lo largo de Europa. Hasta el siglo XIII, fueron miles los peregrinos que llegaban a Santiago de Compostela, motivados por múltiples razones. Y eso que la peregrinación en Edad Media entrañaba una serie de peligros a los que no nos enfrentamos hoy en día.
¿Cuáles eran estas razones que motivaban a los peregrinos a exponerse a semejantes riesgos? Algunos buscaban la salvación, o expiar su culpa por los pecados cometidos. También los había que se embarcaban en esta gesta por dinero, haciendo el Camino de Santiago en nombre de otros fieles más acaudalados, o incluso por cumplir una sentencia.
Tal era la afluencia que tenía el Camino en esta etapa, que el Papa Calixto II declaró la existencia de los Años Santos: siempre que el 25 de julio (fiesta del Apóstol Santiago) fuera un domingo.
Tras esta etapa, a partir del siglo XIV, vinieron largos años de decaimiento del Camino de Santiago. La peregrinación descendió en popularidad durante varios siglos (no son el Camino, sino en todas las rutas de peregrinación europeas).
El Camino de Santiago a partir de 1990
Aunque el Camino de Santiago nunca se vio totalmente interrumpido, y todos los años había peregrinos que lo transitaban, las cifras descendieron notablemente entre los siglos XIV y XX.
Sin embargo, en los años 90, se hizo un gran esfuerzo para dar promoción desde un punto de vista turístico. El Camino comenzó a ser visto no solo como una ruta de peregrinación religiosa, sino también como una ruta cultural, social, y de comprensión de los valores europeos.
En 1993 Camino de Santiago fue declarado patrimonio de la UNESCO, y desde entonces las cifras no han hecho más que crecer. El año pasado (2019), el número de peregrinos que obtuvieron la Compostela, casi alcanzó los 350.000. Las cifras aumentan cada año, así como las múltiples nacionalidades de los peregrinos que vienen a visitar Santiago de Compostela.
En el año 2019 se alcanzó un nuevo record: se otorgaron 347,578 Compostelas.
La Historia de las Principales Rutas del Camino de Santiago
En los anteriores apartados ya dábamos algunas pinceladas sobre los de algunas de las Rutas Jacobeas. Nos centraremos en algunas de las más importantes:
La historia del Camino Francés
A pesar del que el Camino Francés es la ruta más popular del Camino de Santiago, no significa que sea la más antigua. Esta sería el Camino Primitivo, de la cual hablaremos más adelante.
El Camino Francés surge como puerta de entrada para aquellos peregrinos procedentes de Francia, así como de otros países europeos. Va ganando popularidad durante la Reconquista, ya que se decía que era una de las rutas más seguras para llegar a Santiago de Compostela. Además de minimizar los posibles riesgos derivados de efectuar una ruta a pie durante un período conflicto, se hacía uso del trazado de lo que anteriormente había sido una calzada romana.
Las rutas de peregrinación del Camino de Santiago en Francia, partían de Arles (que una vez en España transitaba por Somport Canfranc en Aragón), y Le Puy, París y Vezelay. Estas tres últimas entraban en España a través de Saint-Jean-Pied-de-Port. Posteriormente las cuatro rutas se unían en Roncesvalles, y confluían en un único trazado hasta Santiago de Compostela.
De este modo, por partir de Francia y por albergar en su mayoría a peregrinos de origen galo en sus inicios, surge el Camino Francés.
La historia del Camino Primitivo
A pesar de que el Camino Francés es la ruta más popular, ello no significa que sea la más antigua. De hecho, tal honor lo ostenta el Camino Primitivo, como su propio nombre indica.
El Camino Primitivo fue la ruta empleada para llegar a Santiago de Compostela por el primer peregrino de la historia. ¿Recordáis quién era? El Rey Alfonso II El Casto, residente en Asturias, salió de sus dominios y comenzó su peregrinación, dando origen al Camino Primitivo. Se trata de una ruta exigente a nivel físico, y poco accesible. De ahí que quedara en el olvido durante años, en favor del Camino Francés. En la actualidad es el trazado elegido por los peregrinos más experimentados.
La historia del Camino de Finisterre
El Camino de Finisterre (o Fisterra), a diferencia de otras rutas del Camino de Santiago, no termina en Compostela sino que esta ciudad es el punto de partida.
No es la única diferencia con otros Caminos Jacobeos. En este caso, la ruta es incluso anterior a la propia cristiandad. Ya desde la época de los romanos, se conocía Finisterre como el “Fin del Mundo”. Se trata de un lugar mítico cargado de leyendas, en donde se ponía el sol. Este enclave se convirtió casi en un lugar mágico, una especie de altar al dios del sol, en el que confluían diferentes culturas y tradiciones de la época, entre otras la celta.
Con todo esto, podemos concluir que el Camino de Finisterre tiene un origen pagano, muy anterior al descubrimiento de la Tumba del Apóstol Santiago. Sin embargo, como ya adelantábamos anteriormente, el Rey Alfonso II El Casto aprovechó la coyuntura para aglutinar a todos esos reinos en uno, y cristianizar esta ruta.
El Camino de Fisterra debe su auge a diversos motivos. Por un lado, al tratarse de una región que siempre albergó un misticismo especial, eran muchos los peregrinos que decían continuar su camino hasta el mar, tras llegar a Santiago. Y por el otro, en la zona existen diversos enclaves escenario de apariciones de la Virgen María, como el Santuario da Barca en Muxía. Por este motivo, a pesar del origen pagano de la ruta, se hizo un gran esfuerzo para integrarla dentro de las Rutas Jacobeas del Camino de Santiago.
La Finisterrana
En la actualidad es uno de los Caminos más populares, incluso cuenta con su propia “Compostela” (Finisterrana). De hecho en el Faro de Finisterre se encuentra el mojón que marca el KM0 del Camino, y es muy habitual ver allí a los peregrinos dejando sus botas, y efectuando rituales de purificación tras haber concluido su camino. O tan solo contemplando con melancolía la espectacularidad de sus vistas.
La historia del Camino Portugués
Al igual que ocurrió con otras rutas del Camino de Santiago como el Camino Francés, el Camino Portugués surge al aprovechar el trazado de una calzada romana. Incluso hoy en día pueden verse restos en la zona de Oporto.
Su origen se remonta al siglo XIV, cuando la Reina Isabel de Portugal emprende dos peregrinaciones a Santiago de Compostela. La conexión que la reina sentía con el Camino, eran tan fuerte que incluso hoy en día, una de las principales calles de Santiago de Compostela, lleva su nombre. La conocida “Rúa da Raíña” (calle de la reina), hace referencia a la monarca lusa. Tras la peregrinación de la reina, no solo quedaron grandes leyendas en el camino, sino que se mejoró notablemente el Camino Portugués, desde el punto de vista de su infraestructura. Gracias a ello, se crearon y mantuvieron hospitales a lo largo de la ruta.
Además, la importancia que la Orden de los Caballeros de Santiago tuvo en Portugal, contribuyó notablemente a la consolidación del Camino Portugués. Tanto es así, que en la actualidad es la segunda ruta más transitada del Camino de Santiago
Esperamos que estas breves pinceladas os hayan resultado útiles para saber un poco más sobre la historia del Camino de Santiago y sus rutas. No dudes en dejar tus dudas o comentarios más abajo. ¡Buen Camino!