A aquellos que hayan hecho el Camino a estas alturas no les extrañará la cantidad de símbolos e iconos que encontramos a nuestro paso hacia Santiago de Compostela. Conchas, flechas, mojones… Todo tiene su significado y en el blog de esta semana queremos profundizar en la maravillosa infraestructura de señales que os acompañará en todo momento, desde el comienzo hasta el final del Camino de Santiago.
Flechas amarillas
Que levante la mano quien haya visto una flecha amarilla y no haya pensado inmediatamente en el Camino de Santiago. En la calzada, en una pared, incluso en árboles, son -sin duda alguna- la señal del Camino más reconocible y la más replicada. Y curiosamente, este símbolo proviene de un movimiento popular iniciado por el padre Elías Valiña, conocido como o cura do Cebreiro, natural de Sarria e impulsor de la señalización del Camino Francés. Dedicó su vida a recorrer esta ruta, desde Francia hasta Santiago, señalizando los desvíos más perdidos de esta variante y dando a conocer popularmente lo que conocemos hoy como el Camino más famoso de entre las rutas Xacobeas. ¿Pero por qué amarillas, os podréis preguntar? Cuenta la leyenda que fue una donación de pintura que se le hizo al padre Valiña y su grupo de voluntarios de la sobrante que se usaba en la época para delimitar las carreteras.
Y su obra no acaba en las flechas: dedicó parte de sus años a escribir sobre el Camino de Santiago y el origen de la peregrinación para que posteriormente fuese reconocido por lo que es: uno de los mayores fenómenos migratorios de la historia de la humanidad.
Hoy en día las puedes encontrar en forma de pintada, laminadas en madera o acompañadas de la famosa concha amarilla en los mojones o hitos que encontrarás a tu paso por las rutas. Muchas de ellas distan de ser las tradicionales como las que el padre Valiña pintó él mismo en su recorrido por el Camino, y tanto peregrinos como gobiernos locales han puesto manos a la obra para mejorar la señalización no solo de la ruta Francesa si no de todas aquellas que tienen como destino la ciudad de las estrellas.
Mojones
Los mojones son quizá el segundo elemento más importante, no solo por que nos acompañan e identifican la ruta recorrida, si no porque simbolizan la distancia entre nuestro peregrinaje y nuestro destino final. Los mojones los podemos encontrar desde los inicios más lejanos del Camino en Francia, pero son más habituales y mejor señalizados dentro de la Comunidad de Galicia, donde desde 1997 se posicionaron cada 500 metros como una medida de mejora de la señalización de las vías jacobeas.
Su diseño fue recientemente alterado dentro de cada comunidad, con la versión final mostrando la concha y flecha amarilla icónicas del Camino, así como señalizando la distancia que separa nuestra localización de nuestro destino final. Algunos siguen prefiriendo su versión antigua, de piedra granita y sin muchas florituras que hacía que se camuflasen perfectamente con el entorno rural de las rutas.
Concha
La concha del Camino de Santiago suele tener dos representaciones simbólicas, y ambas tienen un significado y origen diferente. Mientras que la clásica concha amarilla que vemos en fachadas o calzadas suele ir acompañada de una flecha amarilla que indica la dirección a seguir, la concha de vieira tiene un origen mucho más antiguo y arraigado a viejas tradiciones.
La concha de la vieira era en otros tiempos un regalo que recibían los peregrinos por haber finalizado su peregrinación. Eran épocas en las que el peregrinaje se realizaba exclusivamente por creencias religiosas y quienes las obsequiaban eran miembros del clero religioso. Además, existe la creencia, respaldada por estudios, de que la venta de conchas de vieira -o como fueron conocidas a partir de la popularidad del Camino, conchas de Santiago- estuvo prohibida durante muchos años para no llevar a engaño a aquellos «peregrinos» que decían haber completado su ruta Xacobea.
Se cree también que tenía usos más convenientes, como el de usarla para beber en las distintas fuentes que puedes encontrar en el Camino, o compartir el vino en otros tiempos en los que la comunidad peregrina se juntaba alrededor de un fuego para divulgar historias y leyendas. De hecho, aún puedes encontrar una fuente, la de Irache, donde puedes llenarla tanto de vino como de agua de forma totalmente altruista.
Señales informativas
Es imprescindible destacar que muchas de las rutas, no solo el Camino Francés, se cruzan con carreteras locales, nacionales, e incluso algunas sortean alguna que otra autopista. No es de extrañar entonces que, en cuanto a precauciones se refiere, el Camino esté bien señalizado. Está claro que hay ciertos Caminos más populares, como el Francés, en los que por norma, existen señalizaciones de todo tipo cada 500 metros. Sin embargo, nos podemos encontrar que la señalización sea escasa, ausente o incluso confusa en otros Caminos, pero no es lo normal. De ahí la importancia de las señalizaciones y paneles informativos que nos indican tanto a nosotros peregrinos, como a conductores y viandantes, qué tipo de normativa debemos seguir con respecto a nuestra seguridad.
Piedras
Se cree que esta tradición tiene su origen en la generosidad de la comunidad peregrina, que no conoce límites. Antiguamente, se dejaban piedras en el Camino para señalar a los peregrinos que venían atrás el hecho de que estaban recorriendo la ruta correcta.
Hoy en día, es de lo más habitual encontrar piedras -simples, decoradas, con mensajes- encima de los hitos o mojones. Aunque empezó como una forma simbólica de dejar nuestros pecados y arrepentimientos detrás -como aquel que suelta carga de una mochila muy pesada- actualmente es un icono de ánimo y esperanza a todos aquellos que las ven, y es muy normal dejar tu propia piedra para señalizar tu paso por la ruta.
¿Has dejado piedras a tu paso en algún mojón? ¿Cuál es la piedra más curiosa que has visto hasta ahora, peregrino?
Esperamos que os haya gustado este corto pero entretenido artículo y que podáis contarnos en comentarios si conocéis algún otro símbolo o icono del Camino de Santiago que no hayamos mencionado hasta ahora.