Buen Camino!: Consejos de una peregrina americana
El Camino de Santiago es una experiencia que ha inspirado a muchos autores a plasmar sus vivencias en un libro.
Anne Born es una escritora residente en Nueva York. Realizó el Camino de Santiago en múltiples ocasiones, y varias de sus rutas, como el Camino Francés, el Camino Primitivo… ahora está planeando recorrer el Camino Inglés en 2018. Hace unas semanas publicó su primer libro sobre el Camino, titulado: Buen Camino!: Tips from an American Pilgrim. (Buen Camino: Consejos de una peregrina estadounidense).
Vamos a descubrir un poco más acerca de las motivaciones que la llevaron a hacer el Camino de Santiago, y a escribir un libro sobre su experiencia.
➡ ¿Cuántas veces has realizado el Camino de Santiago, y qué rutas elegiste?
He estado en el Camino en seis ocasiones, realizado diferentes secciones: en 2009 en el Camino Francés, de St-Jean-Pied-de-Port a Roncesvalles (algo de lo que hablo en el libro). En 2010, sola, desde Sarria, a finales de diciembre. En 2012, de nuevo en diciembre, con dos de mis hijas, desde León. En 2014, de Roncesvalles a Burgos, con mi tercera hija. En 2016 yo sola, de Burgos a León. En 2017 de Oviedo a Santiago a través del Camino Primitivo. En abril de este año planeo hacer el Camino Inglés.
➡ La primera vez que hiciste el Camino, ¿por qué elegiste esa ruta?
Realicé la primera etapa más como una misión de reconocimiento, con mi hijo. No estaba preparada para comprometerme a caminar distancias tan largas. Siendo sincera, me daba miedo. En ese momento solo conocía el Camino Francés, no había oído hablar de otras rutas, así que realicé la primera etapa (¡y eso ya me dejó cansadísima!). Me resultó bastante complicado, me quemé por el sol, tuve ampollas, la mochila me pesaba mucho, y no podía seguirle el ritmo a mi hijo. Fue una experiencia poco grata.
Me di cuenta en un instante de que, sin motivación, era imposible llegar a ningún lado. Pero también entendí que sería capaz de hacerlo yo sola. Así que volví por mi cuenta, desde Sarria, justo a tiempo para pasar bajo la Puerta Santa el 31 de diciembre de 2010. Fue extraordinario.
➡ ¿Puedes hablarnos de tus motivaciones para hacer el Camino de Santiago? ¿Han cambiado a lo largo de los años?
Quería ver iglesias. Simple. Estudié escultura Románica en la universidad y lo que me atrajo de la ruta fue comparar las manifestaciones esculturales entre una ciudad y otra. Quería explorarlas todas, y nunca se me pasó por la cabeza que las iglesias podrían estar cerradas. Ahora se que si la puerta de una iglesia está abierta, simplemente hay que entrar. No hay que esperar a comer algo, o comprar, no. Simplemente, entrar. Las iglesias españolas son preciosas, e intento asistir a los servicios siempre que puedo.
➡ ¿Por qué decidiste escribir un libro?
Mi cura en Nueva York también es peregrino, y conoce el resto de mis libros. Cuando volví en 2014, me dijo: «Si escribes sobre ello, me encantaría leerlo». Otra amiga me dijo que le gustaría ayudarme a vender un libro sobre el Camino. Así que empecé a escribir, poco a poco, a partir de 2014. Hice tres resúmenes viables antes de sentarme y ponerme a escribir el libro entero. Es una historia que sentí que debía ser contada: una compilación de mis experiencias, junto con consejos que pensé que podían serle de utilidad a otras personas.
➡ ¿Tenías planeado escribir un libro antes de hacer el Camino, o fue una idea que surgió después?
Creo que sí, que la idea de escribir un libro estaba ahí, pero no fue el momento hasta ahora. Siempre tomo notas y escribo las conversaciones que escucho. Me encanta escuchar los diálogos. Trabajé como voluntaria en la Oficina del Peregrino en Santiago de Compostela, y en dos albergues (Ribadiso en Galicia y Grado en Asturias), y en una Abadía a las afueras de Pamplona. Me encanta hablar con otros peregrinos y escuchar sus historias.
➡ Pensando en el título de tu libro, ¿crees que los peregrinos estadounidenses necesitan consejos específicos, diferentes a los de otras nacionalidades?
Creo que los estadounidenses tendemos a preocuparnos, por naturaleza. A la gente le preocupa que nadie hable inglés, que no encuentren la comida que les gusta, o un lugar en el que pasar la noche. Creo que los norteamericanos, más que otros peregrinos que he conocido, suelen buscar aprobación, o una comunidad en la que poder encontrar mentores o peregrinos con experiencia a los que poder acudir, para saber como hacer las cosas. Muchas de las personas con las que he hablado dicen que el Camino es algo que les encantaría hacer, pero a priori parece demasiado complicado, caro, o que toma demasiado tiempo. O simplemente, que no es para ellos. Quería poder hablar de mi propia experiencia como peregrina norteamericana. No es que sea una experta en el Camino de Santiago, pero sí en mis propios caminos. Pensé que mis historias podían resultar de ayuda.
➡ ¿Como te sientes al volver a una ciudad tan grande como Nueva York, tras varios días de «aislamiento» en el Camino?
Tengo un truco. Es algo que hago en mi gran ciudad para empaparme un poco de la soledad del Camino. Me siento en iglesias vacías. Es algo muy simple. Entro, me siento, cierro los ojos durante unos instantes, y dejo que el espacio sagrado me invada. No tiene por qué ser mi iglesia, o alguna conocida. Me encanta per las pequeñas llamas de las velas parpadeando; trato de leer las inscripciones en las ventanas; trato de imaginarme a las personas que se sentaron en ese mismo lugar, reflexionando sobre este loco mundo, o sobre esta loca vida.
➡ ¿Alguna anécdota en el Camino de Santiago?
¡Mi libro está lleno de anécdotas! Me encanta comprobar como caminar es una forma de encontrarse a uno mismo, en plena esencia. Una vez estaba en el porche una abadía, un proyecto de reconstrucción en el Camino Francés, entre Zubiri y Larrasoana. Mi trabajo era simplemente pararme a hablar con los peregrinos que pasaban, y contarles un poco sobre el proyecto. Una chica pasó por allí, y la llamé. Le pregunté de donde era, y me dijo que de Indiana. Le contesté que mi hijo iba allí a la universidad. «¡Mi primo vive en South Bend!«, me dijo. Estábamos en el medio de la nada, y descubrimos cosas que teníamos en común en tan solo un par de frases. Otro peregrino pasó por allí en ese momento, y me dijo: «¿Eres Anne Born? ¡Leí en Facebook que estabas aquí!«.
➡ ¿Tu lugar favorito en el Camino?
Me encantan Burgos y Pamplona. Mi albergue favorito está en Ruitelán, justo antes del ascenso a O Cebreiro. ¿Mi iglesias favorita? La de Portomarín. Tuve la suerte de poder asistir a su Misa en 2012.
➡ ¿Mejor y peor parte de la experiencia?
La mejor parte es la gente. Siempre la gente. Ahora tengo amigos de Inglaterra, Suiza, Corea, Italia… ¡es la familia que construí en el Camino! Nos cuidamos los unos a los otros y celebramos los detalles más pequeños, como encontrar un restaurante que esté abierto para cenar antes de las 20:30. También me encanta hablar con los locales de los pueblos por los que voy pasando. ¡Hablaría con todo el mundo! ¿Lo peor? Es complicado. Supongo que la lluvia. Puede bajarte la moral.
➡ ¿Alguna recomendación para aquellos peregrinos que estén planeando hacer el Camino de Santiago?
Sí, yo esperé casi cuatro décadas desde que supe de la existencia del Camino hasta experimentarlo. Si te interesa lo más mínimo, simplemente inténtalo. Camina un poco. Comprueba si es algo que te gusta. Yo me llamo a mi misma «la peregrina rodadora», porque voy dando vueltas a lo largo de España, en lugar de elegir una ruta fija. Y no hay nada malo en ello. Es una aventura para hacer por ti misma, que puede adaptarse a tus necesidades. No hay una manera correcta ni una manera incorrecta de hacerlo.

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