Hola a todos, me llamo Chiara y acabo de volver del Camino Francés. La última semana de Julio 2020, tuve la oportunidad de hacer el Camino de Sarria a Santiago de Compostela y me gustaría compartir mi experiencia en este post (abajo hay un breve video). También me encantaría conocer las opiniones de quienes hayan hecho el camino en el pasado o quieran hacerlo en el futuro. Podéis dejar vuestros comentarios abajo y contactar con el equipo de Galiwonders para cualquier información.

Las razones para hacer el Camino de Santiago
Antes que nada quiero explicar las razones por las cuales quería emprender este viaje tan especial durante el verano del 2020.
Trabajando en el sector turístico soy una de las muchas enamoradas de los viajes, me encanta visitar nuevos lugares y conocer a gente de otros países. El Camino de Santiago te permite hacer todo esto y además exige un esfuerzo físico al aire libre que era algo que también me atraía. Seguir el ritmo de mi cuerpo hacia aquel destino final que compartía con otros peregrinos a lo largo de mi ruta, me permitía vaciar la mente. Es una sensación realmente única.
Tienes un único objetivo durante tu día, llegar a la siguiente etapa. Nada más.
Puedes permitirte no pensar en nada más que en las condiciones de tus pies o de tu espalda. Quizás en si tienes hambre o no, pero las preocupaciones se alejan por un momento, porque toda tu atención está puesta en andar y llegar a tu destino del día.
Hablando con otros peregrinos, pude constatar que a todos nos habían impulsado estas motivaciones a emprender el camino.
Esta voluntad de encontrar tiempo para un viaje tanto a nivel físico como interior, nos unía a pesar de las diferencia de edad, de origen, de trabajo. Y luego también íbamos compartiendo una sensación de tristeza al ver que el camino se estaba acabando. Como si el tiempo que teníamos a disposición para todas las cosas que querríamos arreglar se nos escapara como agua entre los dedos.
El Camino Francés en un año peculiar
No es ningún misterio que este año estamos viviendo una situación sin precedentes.
Estuvimos encerrados en nuestras casas viendo algo invisible cambiar nuestras vidas en muy poco tiempo.
Todo esto nos ha empujado a querer estar más al aire libre, en contacto con la naturaleza, a movernos más y hacer deporte. Personalmente emprender el camino fue la mejor opción para lograr esta sensación de libertad.
Para mí, la libertad del camino está presente en muchos elementos. Por ejemplo nuestra ropa es más sencilla, tenemos 2 camisetas y dos pantalones y vamos turnando y lavando estas prendas sin preocuparnos más.
Las expectativas en un sendero son muy sencillas y cada encuentro inesperado es un regalo. En mi caso fue el tercer día, al toparme con un río donde pude mojarme los pies que tenía muy hinchados por el calor. Y cada bosque, cada pueblo, cada sonrisa que se me presentaba, representaba un momento preciado.
Hacer el camino en 2020 no solo me permitió descubrir estos panoramas únicos, conociendo más sobre la geografía gallega sino que también me hizo ver más de cerca la vida de las aldeas por las que pasa la ruta del camino francés. Parece que el tiempo se haya parado y es otro aspecto que me ha encantado del camino.
Se mantiene el mismo ritmo de la vida de antes, la cercanía de las personas que viven ahí es algo que se desconoce. Esta posibilidad de desconectar con nuestro día a día nos permite también conocernos mejor a nosotros mismos.
Tenemos una gran oportunidad para descubrir cosas que teníamos guardadas en nuestro interior sin ni siquiera saberlo. Podemos disfrutar de un tiempo para profundizar temas que muchas veces no nos planteamos o enfrentar aquellos problemas que, finalmente ponemos sobre la mesa.
El Camino en solitario para mujeres
Amigos y familiares me han preguntado preocupados porque hacía el camino sola y si no tenía miedo a andar 115 km sin nadie a mi lado. Mi respuesta fue evidentemente, ¡no!
Sin embargo, me encontré con muchas mujeres que también viajaban solas y todas compartíamos ese deseo de tener unos días para nosotras mismas, sin responsabilidades o tareas que cumplir.
Primero, por todas las motivaciones descritas antes, me apetecía vivir el camino en solitario. Tener tiempo para mí y seguir únicamente mi ritmo.
Además nunca me sentí en peligro y raras veces estuve totalmente sola porque siempre encontré gente a lo largo de la ruta francesa (que es además la más popular de todas las rutas Xacobeas).
Por otro lado, siguiendo el camino francés, en Melide, se suman a este camino los peregrinos del Camino Primitivo y después los del Camino del Norte en Arzúa, así que poco a poco aumenta la gente que te encuentras cada día hasta Santiago de Compostela.
De hecho, al final hice muchos kilómetros con gente maravillosa que compartió conmigo su experiencia. Justamente viajar sola, te permite ser más accesible a los demás y más abierta a conocer nueva gente.
¡De verdad lo aconsejo a todo el mundo!
Si quieres leer más sobre el camino en solitario para mujeres, no te pierdas este post.
Lo que más me gustó del camino
Claramente, es muy difícil concretar en palabras una experiencia similar. Incluso más complicado es elegir lo que más me gustó, pero lo voy a intentar.
Aunque antes de empezar mi viaje pensara que las condiciones del momento actual hubieran modificado demasiado el espíritu del camino, pude vivir una experiencia única.
Sin duda llevar la mascarilla, mantener la distancia social, utilizar el gel hidroalcohólico continuamente y ver muchos hoteles y locales cerrados a lo largo de mi ruta, fue algo incomodo y a veces raro.
Sin embargo, creo sinceramente que la atmósfera entre los peregrinos era aún más especial que de costumbre, más cálida. Precisamente por la situación provocada por COVID19 hubo una mezcla de melancolía y deseo de estar todos juntos en un sitio tan bonito.
Por supuesto, todos queríamos vivir una experiencia de evasión de todo lo que había pasado y que todavía está en el aire. Todos los peregrinos con los que hablé me confiaron ese mismo deseo de vivir algunos días en contacto con la naturaleza, una alternativa de viaje segura en este momento tan peculiar.
También, se sentía que a pesar de que no se viesen tantos peregrinos como en los años anteriores, los sentimientos vividos tanto por los afortunados que estaban en ruta, como para los profesionales que trabajan en el camino, reflejaban una implicación muy fuerte.
Esta participación fue sin duda uno de los elementos positivos que me llevo conmigo como souvenir después de este viaje.
Otro aspecto fundamental, fueron sin duda los lugares que crucé durante el camino. De hecho, tengo que admitir que no me esperaba tantos paisajes diferentes. Es increíble ver cómo en una sola etapa puedas cruzarte con bosques de roble, ríos, campos abiertos, granjas y pueblos antiguos. Todo en unos 20 km de distancia. ¡Es simplemente precioso!
Ahora, a alguno le parecerá raro lo que voy a explicar a continuación, pero quizás otros me puedan entender.
Una de las cosas que más me han gustado del Camino, fue el desafío físico. Verme capaz de superar etapas como la de Palas de Rei a Arzúa, sin demasiadas complicaciones.
Por supuesto esta misma etapa de 29 km fue, digamos, «entretenida». No es un caso si la llaman la rompepiernas, por sus continuas subidas y bajadas.
Sin duda, fue un desafío para mis pies y mis piernas pero lograrlo me llenó de orgullo. Poder llegar a Santiago de Compostela en buenas condiciones físicas, me permitió volver a casa con una sensación de satisfacción inesperada.
De todos modos tengo que admitir que, viajando con Galiwonders y por consecuencia teniendo el transfer de maleta entre etapas, pude viajar solo con una mochila pequeña y eso ¡hizo sin duda la diferencia!
Para concluir, entre las muchas cosas que marcaron de forma positiva mi camino puedo enumerar el logro del desafío físico, los hermosos paisajes, la gente maravillosa, el espíritu entre peregrinos y por fin…¡la comida gallega!
La gran variedad culinaria de Galicia te permite variar cada día entre sus especialidades eno-gastrónomicas. Empanadas, pulpo, pescado, carne…¡por no hablar de sus vinos excelentes!
Vamos, que no puedo encontrar algún aspecto negativo de esta experiencia, solo quizás me hubiera gustado seguir más días en ruta.
Una verdadera ocasión para vivir una aventura inolvidable solos o acompañados, en bicicleta o a pie, y cada uno impulsado por sus motivos.
Personalmente lo recomiendo al 100%.
¿Y tú? Cuéntanos tu experiencia en el camino y comparte tus sensaciones con nosotros.
En Galiwonders te ayudamos a crear tu experiencia perfecta.
Para cualquier información contáctanos y ¡Buen Camino!