Hacer el Camino de Santiago es una experiencia increíble no importa la estación del año. Pero sí es cierto que si estás pensando en hacer el Camino de Santiago en otoño, hay ciertos factores que debemos tener en cuenta para estar lo más preparados posible para esta aventura en la que estás pensando embarcarte. Desde las condiciones meteorológicas, pasando por el cambio de vestimenta que deberías utilizar para afrontar la bajada de temperaturas, hasta qué Camino es el más recomendable hacer durante el otoño, el equipo Galiwonders ha reunido los siguientes consejos que deberías seguir si has decidido echarte al Camino durante la próxima estación.
Condiciones meteorológicas
Aunque es cierto que este verano 2022 nos ha brindado temperaturas muy cálidas, no es lo habitual en el territorio gallego, y los otoños suelen venir acompañados de precipitaciones y una bajada general de temperaturas. Aunque en verano un poncho de lluvia desechable nos pueda sacar de más de un apuro, os recomendamos invertir en uno mucho más resistente para la estación otoñal. Si es cierto que las temperaturas no descienden dramáticamente, el verte calado por un chaparrón temporal hará que sientas el frío hasta en los huesos e incomodidad al caminar.
Desde tiendas especializadas hasta los más básicos de Decathlon, podrás encontrarlos en todas sus variaciones pero nosotras siempre recomendamos los ponchos especializados en trekking, que ya están pensados con su diseño ancho para cubrir también la mochila que lleves a los hombros. ¿Por qué? Tus pertenencias habrán estado protegidas durante toda la etapa y agradecerás llegar a tu alojamiento y no tener que poner a secar tu ropa que además olerá a humedad.
Vestimenta y accesorios
Sea la estación que sea, desde Galiwonders siempre os recomendamos vestiros siguiendo el método «capas», ya que así, esté haciendo sol o esté cayendo un aguacero, podéis ir construyendo vuestro vestuario acorde a las condiciones y a cómo os sintáis vosotros mismos. Afortunadamente, la moda trekking ha avanzado mucho en los últimos años y nuestros peregrinos cuentan ahora con tejidos muy técnicos que son ligeros pero muy térmicos para que no ocupen espacio en vuestra mochila (ni en vuestra cabeza) pero que os resguarden de las diferentes condiciones.
Por lo tanto, siempre recomendamos elementos que puedan superponerse. Por ejemplo, si fuésemos a hacer las 6 etapas de los 100 últimos kilómetros del Camino Francés llevaríamos:
Recuerda que no debes estrenar nada para el Camino, especialmente tus botas o zapatillas de trekking y tus pantalones. Son prendas básicas a las que vas a darle mucho uso, por lo que te recomendamos que te acostumbres a ellas al menos con un mes de antelación para que no te causen rozaduras y problemas mayores.
En cuanto a accesorios adicionales, puedes sopesar la idea de comprar un chaleco térmico. Son cómodos y recomendables para caminar sin que te causen mucho estorbo y te mantengan calentito. Además, son el acompañante perfecto gracias a sus múltiples bolsillos en los que podrás guardar todos tus esenciales: móvil, cartera… Tampoco está de más llevar un sombrero de fibra sintética, preferiblemente impermeable, ya que no querrás empaparte la cara mientras caminas, ¿verdad? Otras cosas como tobilleras impermeables para evitar que los calcetines se mojen, o cobertores para mochilas ya son cosas a más pero que harían de tu Camino una experiencia muy cómoda, por lo que te recomendamos que le eches un ojo en tu tienda de trekking más cercana.
¿Qué Camino es el más cómodo para Otoño?
Nuestra respuesta siempre es la misma: depende del peregrino y de su experiencia en el Camino. Pero sí que es cierto que debemos sopesar ciertos factores que hacen de algunas rutas una experiencia más cómoda. Si en tiempos pasados eran las iglesias y conventos los que servían de refugio para los peregrinos más extenuados, hoy ya no es tan habitual y ahora son bares y restaurantes los que nos darán un momento de cobijo frente a factores externos. No obstante, ten en cuenta que la multitud de negocios itinerantes como chiringuitos, puestos, mercadillos, etc. se reduce en esta estación y debemos prepararnos con más cuidado frente al Camino. Intenta planificar tus etapas en cuanto a lo que debes llevar en la mochila: suficiente agua, snacks, un kit de primeros auxilios más completo…
En cuanto a infraestructura, el ganador es sin duda el Camino Francés: en su totalidad recorre unas 141 poblaciones con servicios y, por lo tanto, de media hay una población con algún servicio (como mínimo un bar o tienda de comestibles) cada 5,6 km. Son datos importantes, ya que si sufrimos de algún imprevisto meteorológico, estas infraestructuras actuarán como refugio.
El Camino Portugués, tanto su variante de la Costa como la tradicional interior, también cuenta con una sólida infraestructura y una muy buena señalización que nos permitirán buscar un lugar donde parar para coger fuerzas.
Evita sin embargo rutas más desconocidas en los que el turismo no haya transformado de forma tan significativa el ritmo de vida local. Por lo tanto, no te recomendamos los Caminos de Invierno, Primitivo o del Norte ni la Vía de la Plata. Si están en tu lista de deseos, deja estas rutas para la temporada de primavera-verano, ya que serás capaz de disfrutarlos más una vez la temporada alta comience de nuevo.
Mis expectativas y mi ritmo
Debemos hacernos a la idea de que todos estos factores externos pesan muchas veces en nuestra contra y no por ello debemos desalentarnos. El Camino en otoño tiene un ritmo diferente y debes ser paciente con él y contigo mismo. Debemos tener en cuenta que cosas tan básicas como la hora y por lo tanto las horas de luz cambiarán, y eso nos obligará a adaptarnos aún más a condiciones externas. En verano solemos salir temprano para evitar el calor de las horas centrales del día, pero en otoño intentaremos todo lo contrario. Por nuestra seguridad, evitaremos las horas más oscuras y deberemos usar las horas centrales del día al máximo. Esto significa también cambiar tus horarios y tener la capacidad de conformarnos con lo que cambia a nuestro alrededor.
El Camino en otoño también se vuelve menos sociable. El verano es una estación estupenda porque los peregrinos aprovechan sus vacaciones para echarse al Camino y es por ello que nos encontramos con más gente en las rutas. Sin embargo, el otoño suele ser más solitario y aunque muchos se ven ahuyentados por esa idea, nos ofrece una serie de ventajas que podemos aprovechar para hacer de este viaje una experiencia más personal, auto reflexiva y de gran poder transformador. Y es que hay una gran resiliencia en alguien que hace el Camino a solas y resuelve todo contratiempo con su propia fuerza.
Si tienes dudas en este aspecto, te recomendamos leer otro artículo que escribimos hace poco sobre lo que verdaderamente significa estar preparado para hacer el Camino de Santiago y las cosas que debes tener en cuenta a la hora de afrontar una peregrinación que te cambiará la vida.